martes, 14 de junio de 2011

Villa de Nuestra Señora de los Lagos, Jalisco. 284 leguas de la cabeza de Hidalgo.

Albino García el héroe salmantino, que algunos tachan de bandolero y otros lo juzgan como el más importante guerrillero del Bajío, tenía controlada toda la zona luego de la derrota que el ejército insurgente tuviera en Puente de Calderón, ya que la atención estaba ahora enfocada en Guadalajara desde donde los realistas buscan detener a a Hidalgo y los demás principales, así que, en el Bajío se presentaba, mientras tanto, un foco grande de insurrección, San Luis de la Paz, Salamanca, Amoles, Valle de Santiago, Celaya, Pénjamo, Hacienda de Frías. Ahora estaban tomando rumbo norte, era la última semana de agosto cuando león y Lagos caen en poder de García y sus seguidores, la idea de tener lo más pronto posible la cabeza del cura Hidalgo exhibiéndose para escarmiento de todos en Guanajuato se complicaba, es por eso que se mantiene a resguardo en Zacatecas, lugar al que le sería más difícil llegar.


Es por eso que hasta el 11 de septiembre pueden salir de Aguascalientes, lugar en el que pasaron al menos cuatro noches, la del once lo harían en El Sauz, actual Encarnación de Díaz, para el doce de octubre tomar camino rumbo a la Villa de Nuestra Señora de los Lagos, extremando las precauciones y tomando algunos atajos, la distancia recorrida ese día sería de 14 leguas.


"Las Escoltas, de la Encarnación a Lagos se desviaron del Camino Real de Minas y se dirigieron por Santa María, pero en las Trojes de Urquiola tuvieron un encuentro con los insurgentes, que aunque no permitieron que el encargo cayese en manos enemigas, los prisioneros lograron escapar; los Realistas, siguieron al Rancho “El Sauz” y luego por lo de Avalos hasta Lagos, donde permanecieron casi un mes en contra esquina del Templo del Rosario, en la Casa de José María Rico, quien era el Administrador de Correos y amigo de Calleja. De aquí, custodiadas por Diego García Conde, comandante Militar de Zacatecas..." seguirían su destino grotesco para se colgadas en las poblaciones donde comenzó la insurrección: San Miguel el Grande y Dolores, pero, esto que era el proyecto original será cambiado debido al temor de una represalia por parte de las fuerzas cada vez más numerosas que peleaban en contra de los enviados de Calleja.


La Villa de Lagos, el 31 de Agosto de 1811, sufrió un sorpresivo asalto a cargo del famoso Guerrillero Insurgente Albino “El Manco García”. Pero, debido a que desde el triunfo de los Realistas en Calderón, la Ciudad de Guadalajara y los pueblos de su intendencia se volcaron a favor del Gobierno Realista, a cargo del Brigadier Don José de la Cruz, quien fue nombrado Intendente por el Virrey Venegas, cargo que desempeño desde el 11 de febrero de 1811 hasta la proclamación de la Independencia en 1821. Don José de la Cruz ordenó que cada localidad instalara sus propios cuerpos de defensa contra las despreciables cuadrillas, por lo cual dirigió una carta al Capitán Realista Ángel Linares, concentrado en Lagos, en la que le da instrucciones de “cerrar los pueblos con tapias, empalizadas o cualquier otra especie de obstáculo, o bien cortando toda circunferencia o bocacalles con zanjas profundas para poner a todas las poblaciones al cubierto del asalto” (Gutiérrez, 2001:246 y 247; Padilla Lozano José Trinidad, Historia del Mariscal de Campo Don José María González Hermosillo, Orgullo de Jalostotitlán, 1992:81).


Hay una curiosa historia en torno a Albino García que no es del todo conocida, para enterarte de ella, entra aquí:



Fuente:


Hernández Chávez, Rodolfo. La Insurgencia


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